Pese a haber perdido por una diferencia de más de dos dígitos ante Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard está obsesionado con salir en la boleta presidencial así tenga que aliarse con la oposición y, por ende, traicionar a Morena, condición que incluso le llevó a aliarse a Ricardo Monreal, político experto en jugar para todos los bandos y quedarse con el que se ajuste más a sus intereses.
Más allá de la pluralidad, resalta el hecho de reconocer, abiertamente, negociar con la oposición la aprobación del presupuesto, pues si su músculo legislativo se une al del PRIAN, es suficiente para que puedan obtener la mayoría. Por lo menos con eso es con lo que ha amenazado ahora Marcelo a Morena, aunado a que en caso de que sea rechazado, como ya se le ha hecho saber, usaría la estrategia para quedar bien posicionado dentro de los partidos de la oposición.
La primera ocasión que Marcelo provocó una desbancada morenista, dijo que tenían alrededor de 40 legisladores en la Cámara de Diputados, quienes responderían a sus intereses y no a los de Morena ni a los de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Posterior, al menos la mitad de ellos reculó y regresó al partido guinda.
Ahora, con Monreal, algunos de esos perfiles nuevamente volvieron a desconocer al morenismo, con lo que ya sumaron 45, es decir, que el séquito de Monreal representa 5 legisladores más de los que Marcelo contaba en un principio.
Será el próximo 3 de noviembre cuando Marcelo se arregle con la oposición para saber bajo cuál partido participará, pues aunque la opción más lógica sería la de Movimiento Ciudadano, en realidad también podría hacerlo bajo las siglas de PRIAN si Xóchitl Gálvez sigue perdiendo terreno ante Claudia Sheinbaum.
