Las autoridades mexicanas informaron que hasta el momento se han hallado 29 embarcaciones sumergidas por el huracán Otis, siendo 47 los desaparecidos, de los cuales muchos de ellos eran pescadores a quienes les ordenaron los dueños de los botes cuidar de las embarcaciones pese a estar conscientes del huracán que se aproximaba.
Personal de la Marina Armada de México está llevando a cabo labores de búsqueda tanto en tierra como en las embarcaciones que se han hundido para localizar a los capitanes de embarcaciones así como a la tripulación.
El Secretario de Marina, José Rafael Ojeda, ha mencionado que no se descarta la posibilidad de que haya más víctimas en las 29 embarcaciones hundidas que ya han sido localizadas. Además, se está a la espera de la llegada de un buque para poder recuperar dichos barcos, los cuales en su mayoría son turísticos.
A pesar de que un líder empresarial, Alejandro Martínez Sidney, informó a través de la emisora local MVS que en esas embarcaciones se encontraban alrededor de 120 personas, ninguna autoridad ha confirmado oficialmente esta cifra hasta el momento.
En una entrevista para Milenio, el capitán de una embarcación Andrés Pérez Sánchez, calculó que hay aproximadamente 40 desaparecidos del club de yates en Manzanillo.
"De aquí de nosotros falleció uno, pero de la Marina y el club de yates dicen que hay como 40 desaparecidos", indicó.
Así también expresó que actualmente llevan a cabo la búsqueda de las personas que cuidaban las embarcaciones en el club de yates y la Marina.
Según Alejandro Martínez Sidney, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos en Acapulco, es común que la tripulación de las embarcaciones asegure adecuadamente los barcos ante la llegada de ciclones y huracanes. Sin embargo, no se previó que el huracán "Otis" golpeara con tanta fuerza, lo que posiblemente dejó a algunos miembros de la tripulación atrapados en las embarcaciones.
Desde la madrugada del 26 de octubre, los equipos de emergencia han descubierto los cuerpos de al menos seis personas en el Club de Yates de Acapulco, una zona frecuentada por la élite política y económica.
Los encargados de la reparación de motores de lanchas, ubicados en la playa, han afirmado que los yates de la élite y los que se alquilan a turistas quedaron destrozados, como se puede apreciar en imágenes de los medios donde se ven fragmentos de madera y proas dispersas.
En la noche o madrugada del miércoles, antes de que el huracán, con vientos de más de 200 kilómetros por hora, llegara a tierra, los cuidadores intentaron refugiarse en la base naval "Capos", donde está atracado el buque Cuauhtémoc, pero los fuertes vientos los sorprendieron en el camino.
Abigail Andrade Rodríguez era uno de los cuatro miembros de la tripulación a bordo de un barco de alquiler llamado Litos, de 29 metros de eslora, que se encontraba en Puerto Marqués, al sur de la bahía principal de Acapulco, cuando llegó el huracán "Otis".
De acuerdo con las declaraciones de la ciudadana Susy Andrade, la última vez que tuvieron noticias, el yate se dirigía a la marina de Acapulco para resguardarse en ese lugar. Sin embargo, después se perdió el rastro. Se cree que alrededor de la medianoche, el yate realizó una llamada de emergencia, pero se desconoce si el Litos está entre los 29 barcos que la Secretaría de Marina ha ubicado hundidos.
Desde una playa de Acapulco, Kristian Vera ha observado con tristeza docenas de barcos hundidos, incluyendo tres de su propiedad, en medio de la desolación que impera en este popular destino turístico.
A pesar de haber sufrido la pérdida de su medio de subsistencia a raíz del devastador huracán de categoría cinco que golpeó la costa sur del Pacífico mexicano, esta pescadora de 44 años se consideraba afortunada. Observaba cómo recuperaban un cuerpo del agua y cómo las familias iban y venían en busca de sus seres queridos.
Apoyada en su pequeña embarcación de pesca de madera, volcada en la playa llena de desechos y árboles caídos, Vera compartió que muchas de las personas fallecidas eran pescadores que estaban cuidando de sus embarcaciones, o bien, capitanes de yates a quienes sus dueños les habían pedido asegurarse de que los barcos estuvieran en buen estado cuando el huracán aún era una tormenta tropical.
Los barrios periféricos de la ciudad seguían sumidos en el caos. La presencia gubernamental que se observaba en el centro turístico no era visible en otras zonas. Sin señal de telefonía móvil, sin agua ni alimentos, las familias y los ancianos caminaban con dificultad, con barro hasta los pies, a través de las calles inundadas para llegar a los supermercados en busca de comida y agua.
Anteriormente, la periodista Dulce Olvera informó en SinEmbargo que un exfuncionario público de Acapulco aseguró que pescadores de playa Manzanillo perdieron la vida mientras realizaban su segundo trabajo: cuidar de los yates de personas adineradas.
’Por salvar yates de ricos perdieron la vida’, dijo a SinEmbargo en calidad de anónimo sobre la zona costera del Club de Yates, con dirección hacia Caleta.Con información de AP | MILENIO
