A un año de iniciar con la gestión para desarrollar el proyecto y tras seis meses de autorizar el uso de este tipo de sedimentos, los ejidos en los que se aprovechan estos biosólidos son: Santo Tomás, en Zempoala; El Llano, en Tula de Allende, y una parcela privada en Zempoala.
El reporte técnico indica que en el primer sitio se cultivó cebada de temporal, y pese a que la tapa se realizó fuera de fecha, así como reportarse condiciones adversas como sequía y heladas, en este 2023, la siembra germinó de forma favorable.
En el ejido de El Llano fue sembrado frijol negro opaco Jamapa, y en la tercera parcela, se plantó avena de variedad Chihuahua con tres riegos, mismas que hasta la fecha aún no presentan resultados debido a que no han concluido sus ciclos agrícolas.
Sin embargo, la Semarnath destaca que se continúa con el seguimiento a los proyectos autorizados, mismos que se encuentran dentro de los plazos para presentar su reporte de condicionantes, y que al término del ciclo de cultivo se conocerán sus resultados ambientales y económicos, tras la aplicación de los biosólidos, al evitar el uso de fertilizantes químicos.
Con esta estrategia, la dependencia estatal explora las posibilidades de aprovechar de forma sostenible diferentes recursos para encaminar al estado hacia una economía circular que fomente la exploración y aplicación de alternativas basadas en estudios científicos y tecnológicos para cuidar el medio ambiente.
