EDITORIAL
Luego de que en una mesa de análisis llevada a cabo por LatinUS los comentaristas fueran sensatos y señalaran como única ’ganadora’ del debate a la candidata de Morena Claudia Sheinbaum, bots, trolls y demás fauna nociva de redes sociales impulsaron el hash #ALVLoret dado que, según ellos, fueron traicionados.
La peor parte es que tienen razón para estar molestos.
El medio de Roberto Madrazo, mismo que la derecha concibió incluso con el mismo color institucional que luego llevaría el INE, no llegó a tener los alcances de los que goza actualmente por ser imparciales ni por tener credibilidad; todo lo contrario, salvo dos excepciones en sus investigaciones -tal vez alguna más-, el resto no ha contado con valor periodístico como para tomarse por cierta, pues aunque los hechos digan una cosa, la narrativa final suele ligarlos de tal forma que la conclusión termina siendo según su agenda, no pasando las pruebas más elementales de sustanciación.
Su público nunca estuvo interesado en conocer la verdad, simplemente querían ser alimentados para llevar a cabo su golpeteo y no comprender tal premisa ahora ha hecho que Loret caiga de su gracia.
Y es que 𝐋𝐚𝐭𝐢𝐧𝐔𝐒 𝐟𝐮𝐞 𝐚𝐫𝐫𝐨𝐠𝐚𝐧𝐭𝐞 .
Si bien para cualquiera con más de 3 dedos de frente fue evidente que en el papel, quienes consiguieron su objetivo durante el primer debate presidencial fueron Claudia Sheinbaum y Álvarez Máynez, quienes integraron la mesa de debate no quisieron “mojarse” afirmando un absurdo porque creyeron que aún les restaba algo de credibilidad.
Es natural que estén desmotivados y hasta desesperados por la triste actuación de Xóchitl en el momento en el que necesitaban un parteaguas de su campaña, un punto de inflexión que les hiciera soñar, pero fueron regresados a su realidad muy pronto y han comenzado a buscar culpables.
Hoy, ven en Loret un aliado perdido para perpetuar su ilusión justamente cuando necesitaban, más que nunca, de escuchar un cuento, siendo el presentador su máximo referente para ello.
Porque no es que Loret se vaya a “vender” con la izquierda como aseguran, su dueño es y siempre ha estado colocado en la derecha. Tampoco es que una narrativa distinta fuera a cambiar las cosas, pero están tan aferrados a los espejismos, al autoengaño, que no van a aceptar una realidad distinta a la que se imaginan así la tengan de frente y les dé bofetadas.
Para bien o para mal han construido una audiencia -nada despreciable- con ciertas características de la que pueden vivir aún muchos años más. Ellos quieren ser engatusados, engañados, seducidos… no informados. Les falta humildad a sus comentaristas para reconocer que no están para salvar un prestigio que no tienen. A LatinUS le hace falta conocer su público.
